Las 6 cosas que olvidaste considerar al planificar tu jubilación

Lo ideal es llegar a los “años dorados” con una sólida posición financiera, en el cual has acumulado una base de capital que ayudara a afrontar tus necesidades. O por lo menos, una posición estable, en la que el dinero no constituya una fuente de preocupación. Para eso, muchas personas empiezan a planificar esta etapa de retiro desde temprano, usando diferentes métodos y estrategias.

Si es tu caso que no has empezado a pensar en tu jubilación, pues te tenemos noticias: nunca es muy temprano para empezar a acometer esta labor. Y si ya empezaste a hacerlo, pues felicitaciones. Sin embargo y en cualquiera de los casos, hemos preparado una lista de cosas que debes considerar a la hora de planificar tu jubilación.

Nunca es muy temprano para empezar.

Esto es lo primero que hay que tener en la cabeza: aunque es posible que cuando somos muy jóvenes la idea del retiro puede parecer muy, muy lejana, lo cierto es que el tiempo pasa inexorablemente y es bueno planificar esto desde temprano. De hecho, si empiezas a realizar una cierta cantidad de ahorro pensando en el retiro, verás crecer esos frutos pasado el tiempo.

Pensar sólo a corto plazo.

Los seres humanos no solemos pensar demasiado en el paso del tiempo: esto es una condición que no siempre resulta beneficiosa. Si hemos logrado tener una cantidad de dinero, es bueno invertir pensando más a largo plazo. Si bien siempre se pueden hacer inversiones conservadoras como plazos fijos o similares, también es cierto que se puede invertir en instrumentos variables, pensando en generar retornos acumulados a largo plazo. Claro que es prudente disminuir las inversiones más riesgosas conforme nos vamos acercando más a edades maduras.

No conocer exactamente cuánto necesitarás.

Aunque el futuro puede ser azaroso en muchísimas circunstancias, siempre se puede hacer un estimado de los gastos necesarios a las diferentes edades. Y no hay que sobrestimar al sistema de pensiones públicas. Esto último forma parte de las seguridades sociales, pero en muchos casos la asignación no alcanza para costear cosas básicas de salud o vivienda. Así que siempre es mejor tomar previsiones y también contar con asesoría profesional para esto. Comienza preguntándote, ¿Cuanto capital necesito al mes, para cubrir mis gastos mensuales de diario vivir? Un asesor financiero podrá dimensionar esta necesidad para que logres acumular suficiente dinero para afrontar esta necesidad.

No elegir lo que mejor venga a tu estilo de vida.

Las personas pueden ser diferentes entre sí: algunas tienen gustos más frugales y se contentan con cosas sencillas, mientras que otras anhelan cosas que requieren mayor estabilidad económica. Sea cual sea el caso, es importante identificar qué es lo que necesitarás para poder planificar en base a tus necesidades específicas.

No calcular bien tu patrimonio global.

Suele referirse a patrimonio global aquellos bienes con los que se cuenta a la hora del retiro. El patrimonio puede de categorías distintas: patrimonio financiero, que vendría a ser todo el dinero con el que cuentas, ahorros e inversiones y patrimonio inmobiliario, compuesto por los bienes inmuebles con los que cuentas en el momento del retiro.

No optimizar tu patrimonio global.

Si sabes de qué se compone tu patrimonio global, algo que suele pasarse por alto es buscar la manera de optimizarlo, o dicho de otra manera, la forma de hacer que tu patrimonio trabaje para tí. Para esto, debes analizar bien las cosas que posees y hacer los movimientos necesarios para lograr los objetivos financieros que te has propuesto, en este caso tu jubilación. 

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